Por: Tamara Alvarado H.
- Licenciada en Historia, PUC
- Licenciada en Letras Hispánicas, mención Lingüística, PUC
- Magíster en Historia, PUCV
- Master Études Médiévales, Université Sorbonne Paris 3, Paris 4, ENS, ENC.
- Doctorante en Université Paris 3 Sorbonne Nouvelle
- Profesora Université de Paris en Literatura y civilización medieval (año académico 2020-2021)
Que existiesen textos y prácticas relacionadas a las ciencias ocultas durante el medioevo, a pesar de sus diversas condenaciones en el seno de la institucionalidad católica, es algo bien conocido. Que en ese mismo contexto un arte ritual y mágico naciera y se autodenominara propiamente cristiano, es una historia diferente, la del ars notoria. Esta historia comienza, en efecto, a mediados del siglo XII al norte de Italia y se extiende rápidamente por el occidente medieval. De esta han sobrevivido poco de más de 50 manuscritos que desafían al lector moderno con sus imágenes, palabras y figuras enigmáticas.
(fig. 1: Ars notoria MS Latin 7152 fol. 20r)
El ars notoria se define como un arte de carácter sagrado que consistía en una serie de rituales inspirados de la liturgia cristiana, ciertas prácticas del mundo hebreo y del neoplatonismo de los primeros siglos de la cristiandad. Lo podemos definir como un sistema de plegarias y de inspección de determinados diagramas rituales denominados notae, de ahí el nombre latino de ars notoria, el “arte de las notas”. El practicante que se inicia en este arte no solo debe conocer el lenguaje y el significado de tales diagramas sino que al mismo tiempo, debe llevar a cabo una serie de prácticas ascéticas que lo purificaran durante el lapso de un mes para, de esta forma, llegar a acceder al conocimiento absoluto prometido por el ars notoria.
(fig. 2: Ars notoria MS Latin 7154 fol. 78r)
Así, nombres sagrados y de ángeles, rezos, caracteres mágicos, figuras de ángeles sosteniendo cruces, formas geométricas (circulares, triangulares y romboides) se combinan de una cuidada forma para componer una figurae. Cada una de estas ‘figuras’ se corresponde con una notae, que el practicante deberá observar mientras pronuncia las plegarias correspondientes. El objetivo de estos diagramas es que, con todas sus formas geométricas y demases, despiertan en el practicante que las observa un conjunto de visiones –en efecto, el ars notoria también se concibe como un proceso visionario – visiones que consisten sobre todo en la revelación del conocimiento absoluto por parte de los ángeles.
(fig. 3: Ars notoria Detalle Retorica)
El ars notoria propone así la posibilidad de comunicar con la esfera divina y acceder a través de esta a la comprensión del machina mundi, es decir, a la comprensión de la magnitud y funcionamiento de la máquina del mundo, pasando por supuesto, por el conocimiento acabado de las 7 artes liberales, la filosofía y la teología, concebida esta última como el conocimiento divino en su conjunto. Sin embargo y pese a las buenas intenciones de sus practicantes y defensores, el ars notoria no fue bien recibida por los teólogos de su tiempo. para intelectuales como Tomás de Aquino, es una práctica demoníaca disfrazada con rostros de ángeles. Como otras ciencias ocultas, el ars notoria se apropia de la cosmovisión cristiana para proponer su propio ritual al margen de la institucionalidad, pues invitando directamente al practicante a comunicar con la esfera celeste, esta rama de la magia ritual prescinde de las jerarquías eclesiásticas; es en efecto una relación individual entre el practicante y la divinidad.
Bibliografía
BARNAY, Sylvie. ‘Du diable à la Vierge. Magie et marophanie à la fin du Moyen Âge’ en Magie et Illusion au Moyen Age, Senefiance, nº42, 1999.
MARRONE, Steven P. ‘Magic and Natural Philosophy’ in PAGE, Sophie, RIDER, Catherine (éds). The Routledge History of Medieval Magic. New York: Routledge, 2019.
PAGE, Sophie .La magia en los manuscritos medievales. Madrid: AyN Ediciones, 2004.
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