MEDIEVAL.CL

TENSIONES Y ACUERDOS ENTRE LA ASTRONOMÍA Y LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL

Por: Tamara Alvarado H.

  • Licenciada en Historia, PUC
  • Licenciada en Letras Hispánicas, mención Lingüística, PUC
  • Magíster en Historia, PUCV
  • Master Études Médiévales, Université Sorbonne Paris 3, Paris 4, ENS, ENC.
  • Doctorante en Université Paris 3 Sorbonne Nouvelle
  • Profesora Université de Paris en Literatura y civilización medieval (año académico 2020-2021)

Con el paso del siglo XI al XII en la Europa occidental se abre una puerta hacia nuevos dominios intelectuales, nuevas posibilidades y descubrimientos. La ciencia árabe que se había preocupado de conservar y traducir los antiguos textos griegos sobre todo tipo de materias – especialmente sobre filosofía, medicina, geometría, cosmología y un gran etc. –, entró a Occidente, no sin ciertos problemas, pero claramente para instalarse. La gran novedad fueron sobre todo, los textos griegos, el acceso a las palabras y las ideas de la floreciente Grecia clásica pero también y súper importante para el desarrollo de las ciencias mágicas, aquellos textos de una época más tardía, aquella del neoplatonismo, de la helenización de la cultura y del pensamiento griego. Diríamos en términos historiográficos, textos de la Antigüedad Tardía.

En estas nuevas fuentes de conocimiento los árabes, y luego el occidente latino, encontraban las teorías fundamentales para explicar el cosmos, su funcionamiento, sus elementos, sus interacciones con el ser humano y la vida terrestre. Esto no era nuevo, como veíamos en una columna anterior, pero mientras que el pensamiento agustiniano (es decir, aquel que domina sobre todo entre los siglos V al XI) intentaba distinguir la astronomía de la astrología de forma clara, pues habían problemas de fe de por medio, los nuevos textos (que se empiezan a traducir al latín hacia el siglo XII) terminaron por aproximar ambas formas de entender la relación con el cosmos.

Fig. 1. Estudiosos de la astronomía. MS Arsenal 1186, fol. 1v

Bibliothèque Nationale de France.

Así, entre los siglos XII y XIII comienzan a traducirse al latín textos árabes sobre ciencia astral, se comienzan a difundir tablas astrales – instrumentos  que permitían estudiar con mayor precisión los ciclos de los diferentes cuerpos celestes conocidos hasta ese momento -, y llegan también nuevos instrumentos al servicio del estudio astral, por ejemplo el astrolabio. Todo ello implicó que la ciencia astral como tal comienza a adquirir nuevos aires de sofisticación, pues se hace necesario cierto nivel intelectual, dominio del latín, y comprensión de los nuevos instrumentos mecánicos para estudiar los cuerpos celestes. El conocimiento astronómico comienza entonces a estar motivado tanto para completar y avanzar en otras ciencias, como lo era la medicina, pero también cobra importancia su uso político. Es decir, que a partir de conocimientos puramente astronómicos de cierta sofisticación, se da paso al uso astrológico de los mismos, permitiendo una mayor precisión en la interpretación de los cuerpos celestes para el destino de los mortales.

Fig. 2 Planetas personalizados. MS BnF fr. 9140, fol. 169r

Bibliothèque Nationale de France.

Por supuesto que estos saberes se restringen especialmente a quienes podían detentar y permitirse tales niveles de desarrollo intelectual, a saber: clérigos y príncipes. De forma tal que el estatus de la ciencia astronómica-astrológica (que para esta época ya empiezan a confundirse) se engrandece al mismo tiempo que engrandece a quienes lo estudian, ¿por qué? Pues porque a mayor nivel de sofisticación de la nueva ciencia, mayor estatus adquieren quienes logran manejarla; y mientras mayor estatus poseen los que la estudian, mayor prestigio adquiere la ciencia en cuestión. A esto debemos agregarle que gracias a los textos transmitidos desde el mundo árabe, se extiende la idea de que la astrología era conocimiento elaborado por los antiguos babilonios y los antiguos griegos, dos civilizaciones que se reconocen antiguas y por ende, de gran valor, y por esto mismo, la astrología misma deviene una disciplina respetable y digna de estudio.

Fig. 3 Zodíaco griego. MS grec. 36, fol. 218r

Bibliothèque Nationale de France

Por último, la relación entre astronomía y astrología se ve reforzada con el curriculum de estudios de la época en que la astronomía era parte de las siete artes liberales, de hecho la última, por decirlo así, el cénit del conocimiento global. Esto traía consigo nuevas herramientas teóricas para estudiar los cuerpos celestes, que a su vez servían para sofisticar la practica astrológica. En fin, comienza a instalarse igualmente la idea de que estudiar los astros, sus movimientos y su relación con la vida sublunar es estudiar la gran obra divina. Nada malo podía haber en ello. Por supuesto que continuaron los resquemores respecto a intentar predecir el futuro mediante la ciencia astral, pero era innegable que el alto nivel intelectual al que llegaban ciertas prácticas astrológicas – por ejemplo los mismos horóscopos que eran documentos de cálculo muy refinados – hacía difícil negarle cierta respetabilidad a la astrología. Así, con los árabes llegaron a Occidente dos obras fundamentales de autoridades reconocidas que planteaban precisamente una relación clara entre astronomía y astrología: uno de ellos era Ptolomeo, el otro Galeano.

Referencias: 

Recomiendo la exposición virtual, “Cielo y Tierra” en http://expositions.bnf.fr/ciel/index2.htm

BOUDET, Jean-Patrice. Entre Science et Nigromance. Astrologie, divination et magie dans l’Occident médiéval (XIIe-Xe siècle).

KIECKHEFER, Richard. La magia en la Edad Media.

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