Iram Melo Espinoza
Estudiante de Licenciatura en historia de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.
Recreador medieval en Kultur medieval
Estudiante de esgrima en Esgrima Histórica Concepción.
Colaborador permanente en Medieval.cl.
La expansión europea cuenta con un precedente notable en lo que respecta la situación que atravesaba el continente en aquel entonces (crisis alimentaria, déficit económico, pestes, plagas y guerras) y aunque generalmente se asocia esta expansión económica con el descubrimiento del Nuevo Mundo, la verdad es que estas ya se daban siglos antes de la llegada de Colón y Vespucio al continente americano.
Durante toda la edad media, Europa cuenta con una historia de auges y decadencias económicas que abren y cierran en general este periodo de 10 siglos y que caracterizará a la sociedad de aquel entonces en la formación y desenvolvimiento de las actividades económicas como también de las condiciones a las que se intentarán adaptar por diversas causas externas (enfermedades, guerras, carestías, etc).
Los ciclos económicos que atraviesa Europa a lo largo de toda esta época se remiten no solo a causas internas sino también traídas desde el exterior, pero además se debe tomar en cuenta que la expansión europea en este sentido se debe en una primera instancia a la recuperación económica que el continente debió atravesar de manera interna y que, luego de haberse estabilizado, permitió su crecimiento a la par que comenzaba a aventurarse más allá de los limites conocidos y que inspiró una enorme cantidad de figuras y territorios fantasiosos en la mentalidad del europeo medieval.
Para comprender esto, hay que comenzar desde un tiempo un poco anterior, esto claramente refiere al retroceso que atravesó el continente en el momento en que la unidad territorial que representaba el Imperio Romano resultó resquebrajada por las diversas crisis que ya en los siglos II y III estaba atravesando. No es necesario abordar con profundidad los hechos, tan solo mencionar que el descenso demográfico era ya un fenómeno común en aquel entonces y el cual se vio mayoritariamente afectado por la reacomodación territorial de los nacientes reinos romano-germánicos en el siglo IV, esto establece la primera pauta para comprender el primer ciclo económico que atraviesa Europa y que se marca precisamente con las invasiones y el establecimiento de las diversas culturas en un territorio cuyos sectores urbanos estaban abandonados y en donde la naturaleza tomaba mayor dominio en las actividades humanas.
El comercio marítimo en Europa sufrió un estancamiento desde aquel entonces y hasta el siglo VII, esto debido a las diversas invasiones provenientes desde diversos puntos. El islam penetraba en la península ibérica introduciéndose desde el sur del continente, cruzando por el estrecho de Gibraltar. Al otro lado, desde el norte, las incursiones de los pueblos escandinavos causaban estragos en Inglaterra, Francia e incluso Italia. No obstante, se debe tomar en cuenta que el factor clima también jugo un papel preponderante en el desarrollo de estos acontecimientos al ir en aumento lo que contribuyó al deshielo de las aguas en el norte y la búsqueda de lugares con climas más frescos por parte de los pueblos islámicos.
Este estancamiento comenzó a desvanecerse en el momento en que las interacciones comerciales entre las potencias marítimas de la península itálica (como lo fue el caso de Venecia) y los territorios de Siria y África comienzan a desarrollarse plenamente. Estas relaciones comerciales no se muestran interrumpidas por las diferencias religiosas que aparentemente competía a toda Europa en contra del islam, a fin de cuentas, los venecianos solo buscan establecer sus rutas de comercio sin importar quien aporte a aumentar sus arcas. En el caso de los pueblos escandinavos, si bien las incursiones de los hombres del norte irrumpen en el continente europeo, queda claro que sus intenciones pasan desde los saqueos ocasionales al establecimiento permanente de centros urbanos de carácter comercial y que en definitiva tendrán contacto con pueblos de oriente en lo que respecta a lo económico, como lo fue en el caso de Rusia y como se ha visto en entradas anteriores.
Producto de todo esto, la tecnología también comienza a verse revolucionada, en especial la aquella utilizada para el trabajo agrícola, en una sociedad que cada vez más estaba asociada al entorno rural y por medio del cual comenzó su organización territorial en función de las actividades de la tierra (feudalismo), aumenta la población producto de la mejoría en estas técnicas y del mismo modo esta se encuentra mucho mejor alimentada con respecto a siglos anteriores. Ya entrado el siglo XIII las técnicas de producción se van extendiendo por todo el continente (hilado y tejido), lo que implica un auge económico con respecto a los siglos anteriores y se recuperan y perfeccionan las técnicas en lo que respecta al trabajo con piedra, madera y cuero, lo que permite una notable mejoría en las edificaciones, navíos. Finalmente, todo esto influye además en una nueva manera de llevar a cabo el comercio. Los registros indican que es en Venecia donde surgen novedosas técnicas comerciales como la letra de cambio, la contabilidad por partida doble y especialmente el papel moneda (o billete) junto con el aval y el descuento. Todo esto refleja un notable periodo de bonanza en el continente.
No obstante, el periodo de prosperidad económica que supone marcó gran parte del siglo XIII cambiará lentamente a otro de decadencia a medida que se va acercando el siglo XIV. Las malas cosechas que se suceden en algunos sectores de Europa representan igual una significativa pérdida en términos económicos y a este fenómeno también se le han de agregar dos acontecimientos históricos que marcarían gran parte de este siglo. El primero de ellos sería la Guerra de los 100 años (1337-1453), un conflicto bélico que tendría a protagonistas a Inglaterra y Francia y cuyos efectos también tuvieron una marcada influencia en el aspecto económico del continente. Por el otro lado, el continente entero debió hacer frente a la epidemia de peste negra y cuyos síntomas y efectos en la sociedad tuvieron su marcada tendencia en este periodo de tiempo y los cuales han sido revisados en entradas anteriores.
En lo que respecta a esta ya tan mencionada epidemia es el hecho que ya la sociedad en aquel entonces se encontraba más expuesta a la enfermedad debido a la carestía alimenticia que afecto al continente a inicios de siglo. Esto a su vez pudo incidir en el hecho del descenso de la población y al mismo tiempo en una nueva crisis económica que implicaría otra vuelta a nuevos métodos comerciales. El declive del sistema corporativista que fue tan característico durante gran parte de los 2 siglos anteriores comienza cada vez más a materializarse debido a que no hay una intención de mejorar ni las relaciones entre los trabajadores ni las técnicas de producción, esto por supuesto, en relación al sector artesanal. En lo que respecta a la agricultura, esta comienza a verse afectada por las fluctuaciones de la población en las migraciones del campo a la ciudad, por lo que esta actividad se encuentra influenciada por el mercado.
Así es como gran parte del siglo XV, la economía se verá afectada en mayor o menor medida, dependiendo además de las zonas de influencia económica que los diversos reinos y repúblicas europeas debieron hacer frente y que, como pasó en algunos casos, si bien se mantuvo, debió mantenerse subordinada a las pretensiones o caprichos mercantiles, o por el otro, se vio severamente afectada por el estancamiento en todo ámbito. En otros casos, nuevas actividades como la minería, se vieron favorecidas con el hallazgo de yacimientos y sedimentos que aportaron a una reactivación económica en el siglo siguiente. Así pues, en la Europa del siglo XVI surge una nueva visión en lo que correspondía a la producción económica, los elementos de producción ligados a la tierra y el capital ya no resultaban ser tan factibles como lo fue en los siglos anteriores. A esto también se le agregaba el convulsivo periodo de conflictos bélicos, epidémicos y de transformaciones políticas, como lo fue en este ultimo caso el surgimiento de los estados modernos.
Pero eso no sería lo único, a mediados de este nuevo siglo, vendría también el fenómeno del colonialismo, proceso que si bien no era algo nuevo para los reinos ibéricos (ya Portugal había iniciado una política de expansión al introducirse en las costas del continente africano) en el caso de España implicaría el encuentro con nuevas tierras y esto a su vez, no solo para ambos reinos sino para toda Europa, implicaría una alza de los precios en diversos productos, tomando en cuenta el hecho que se encuentran nuevas áreas donde proveerse de recursos y que en paralelo, el desarrollo de la banca así como también la competencia mercantil, incida en un nuevo proceso de reactivación económica en donde el continente comienza a expandir sus horizontes. Esto último puede asimilarse con el desarrollo de nuevas estrategias y herramientas para la navegación que permitían una mayor envergadura de los viajes intercontinentales.
Estos últimos eventos, ayudan a comprender las dinámicas económicas que se daban entre los mercaderes, los consumidores y el banco, estos mismos procesos aportaron también en el fomento del crédito y los préstamos que especialmente Venecia y Génova hicieron a España y Portugal en estos proyectos de expansión, y si bien el encuentro con el nuevo mundo podría haber implicado un nuevo abanico de posibilidades, los productos que los territorios de tal continente podían aportar a la economía europea no tendrían mayor peso sino hasta ya finales del siglo XVI y durante todo el siglo XVII.
REFERENCIAS
Mauro, Frederick (s.f.) La expansión europea, desde sus orígenes hasta finales del siglo XV
Pirenne, Henri (1939) Historia económica y social de la Edad Media, Fondo de cultura económica.
D’Arienzo, Valdo (2011). El crecimiento demográfico y la expansión de la economía y El crédito, la moneda y los montepíos. En Eco, Umberto (coordinador). La edad media, volumen 4: Exploraciones, comercio y utopías. Fondo de cultura económica.
Di Girolamo, Catia (2011) La agricultura y la ganadería. En Eco, Umberto (coordinador). La edad media, volumen 4: Exploraciones, comercio y utopías. Fondo de cultura económica.
Davide, Diego (2011) Minería y manufacturas. En Eco, Umberto (coordinador). La edad media, volumen 4: Exploraciones, comercio y utopías. Fondo de cultura económica.