Mi nombre es Athenea Reynés, soy española, concretamente de Mallorca, una de las islas del Mar Mediterráneo, y hace más de diez años que mis andanzas me trajeron hasta México.
Desde que era una niña soñaba con castillos, batallas y princesas, en un principio todo era fantasía en la mente de una chiquilla soñadora. Pero con el paso del tiempo esos cuentos de ficción en mi cabeza se convirtieron en una búsqueda inagotable de información acerca de todo lo relacionado con la Edad Media.
Desde que era una adolescente empecé a recolectar recetas de cocina que estaban documentadas entre el Siglo VII y el XV y poco a poco me di cuenta de que si bien es cierto que no se vivía igual hace mil años que ahora, también es cierto de que al menos en Europa una gran parte de la dieta actual, aún se asemeja a la de antaño.
Esta primera semana voy a empezar mostrándoos una receta que a más de una persona le va a sonar, incluso más de uno diréis que está mal, que no se prepara así, pero no, estos son los inicios de este plato, que posteriormente se convertiría en lo que ahora se conoce como una de las variantes de la Paella, que es tan típica en España, más concretamente en la Comunidad Valenciana.
CAZUELA DE ARROZ AL HORNO
Por allá del Siglo XIV se vio datada por primera vez esta receta en un libro de cocina, llamado Libre de doctrina Pera ben Servir: de Tallar: y del Art de Coch, pero es muy posible que se conociera desde mucho antes, pues el arroz era conocido en Asia desde antes del año 3500 aC., y este llegó antes del Siglo XIV a Europa gracias a la Ruta de la Seda.
Como bien es sabido en la Edad Media la gran mayoría de la gente pertenecía al pueblo llano, a los siervos, y estos, por aquel entonces no gozaban de una dieta ni demasiado variada, ni mucho menos abundante, por lo que era común preparar platos de este estilo.
Esta es una de esas recetas que conocemos actualmente como “de aprovechamiento”.
Empezamos: ¡Saca la cacerola de barro!
INGREDIENTES
(para 4 personas)
- 400 gr. de arroz
- 800 ml. de caldo
- 4 huevos.
Para el caldo:
- 1 muslo de pollo (también pueden ser 250gr. de carne de ternera o de cordero)
- ½ Cebolla
- 1 Zanahoria
- Sal
- 3 Pistilos de azafrán
- 3 lts. de agua
Ve atizando las llamas…
…
Empezaremos preparando el caldo.
Vamos a poner en una olla la carne que hayamos elegido, la cebolla, la zanahoria y el agua. Le ponemos sal al gusto y una vez que empiece a hervir lo dejaremos durante al menos una hora.
Pasado el tiempo, le añadimos los pistilos de azafrán y lo dejamos hervir unos quince minutos más.
Una vez que el caldo ya esté listo, empezamos la preparación del arroz.
Para ello usaremos una cacerola de barro y tras ponerla sobre las llamas, una vez que ya haya tomado temperatura, pondremos el arroz y el caldo. Lo removemos y tras asegurarnos que esté a nuestro gusto de sal, lo vamos a introducir en el horno durante entre 15 y 20 minutos, o hasta que veamos que el caldo va reduciendo.
Cuando veamos que el arroz “empieza a asomar” entre el caldo, sacamos la cacerola del horno, teniendo mucho cuidado de no quemarlos, y es el momento de añadir los huevos. Los añadiremos con cuidado de no romperlos e intentando que queden separados el uno del otro, para luego llevar nuevamente la cacerola al horno durante unos cinco o diez minutos más.
Transcurrido ese tiempo todo el caldo se habrá absorbido, además de que las claras de huevo habrán creado una costra sobre el arroz y las yemas.
¡Buen provecho!
Dijimos que esta era una receta “de aprovechamiento”, y si ahora se acostumbra aprovechar, antiguamente era terrible tirar algo que no se hubiera consumido con la comida. Por ello, el caldo que ha sobrado, ¡no lo tires! Te sirve para el siguiente sofrito o incluso para tomarlo bebido por la noche y así entrar en calor, junto con la carne y las verduras que han sobrado de la cocción del caldo.
Mencionar que, si bien es cierto que la receta oficial, la primera que está datada en libros de cocina, sólo llevaba los ingredientes que hemos utilizado, también era costumbre para los más adinerados ponerle garbanzos y trozos de carne, e incluso desde finales de la Edad Media y hasta la actualidad se acostumbra ponerle una cabeza de ajos, junto con tomate y patatas en rodajas.
Para dudas y consultas, escribir a:
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