Israel Sanmartín es profesor de historia medieval en el Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Compostela.
Resulta sumamente interesante identificar aquel punto en que el franciscanismo, corriente de pensamiento y acción, que trasciende a su creador, se identifica con el pensamiento apocalíptico de Joaquín de Fiore.
El apocalipsis de Douce. Tercera trompeta. Circa 1265.
La Edad Media y la Época Actual representan, en muchos aspectos, el contrapunto perfecto. Pese a ello, ambos períodos comparten un funcionamiento sistémico. Así, frente al paradigma capitalista contemporáneo nos encontramos el modelo cristiano medieval, donde trabajan de forma conjunta lo social, lo político, lo económico, lo normativo y lo ideológico. En ese entendimiento sistémico de la sociedad medieval, debemos de situar al franciscanismo, una corriente de pensamiento y de acción que ha trascendido a su creador, San Francisco. Tradicionalmente, se han identificado diferentes franciscanismos.
San Juan Evangelista y San Francisco (El Greco)
Uno, el “conventual”, apegado al mundo cenobítico ortodoxo (fabricado desde Buenaventura y otros); otro denominado “espiritual” (despachado desde la acción social); y una última modalidad que podríamos catalogar como “académica”, que coprotagonizó el nacimiento de las “comunidades científicas” universitarias. Ninguno de estos tres franciscanismos desafía al paradigma cristiano de sociedad medieval, pero se vinculan con fortaleza a la crítica social. Por ejemplo, los cambios del siglo XIII hacen que el franciscanismo “espiritual” se asocie al joaquinismo, en un rito de apareamiento donde confluyen todas las ideas esenciales franciscanas (pobreza, comunitarismo, predicación, mendicidad) con el concepto milenarista de la “Tercera Edad” de Joaquín de Fiore, quien edificó un robusto pensamiento apocalíptico. Las ideas joaquinitas adelantaban un “fin de la Historia” sin sacramentos, sin jerarquías (igualitario) y dominado por los monjes. La división triádica joaquinita de la historia proporcionó una cobertura teórica al franciscanismo.
Visión de San Juan. Del Apocalipsis de Lambeth, c.1260.
Entre ambas ideas construyeron un relato teleológico, un programa de acción social y la apuesta por un futuro igualitario (y en buena medida laicizado) que convertía a la historia en una eterna espera ante un futuro ya escrito. El franciscanismo “espiritual” y el joaquinismo fabricaron y compartieron un apocaliptismo milenarista que ha influido en muchos autores hasta hoy en día. ¿Podemos analizar la sociedad sistémica medieval únicamente desde los prejuicios de la razón? ¿Será cierto que lo medieval está tan lejos de nosotros? Pensemos desde las dos épocas a la vez el cambio y la continuidad; el milenarismo y la transformación social; las ideas y la realidad; el marxismo y franciscanismo apocalíptico. ¿No lo vemos ya desde otra perspectiva?