Esta sin duda ha sido una semana increíble, pues tanto he podido volver a disfrutar de los previos y de esos Eventos Medievales tan añorados en los que sí o sí uno desconecta, (La Marquesa – México) y no sólo porque no haya cobertura para los teléfonos (que también), sino porque yo desde hace mucho tiempo estoy convencida de que para alguien al que le apasiona todo lo relacionado con la Edad Media, para alguien que se considera “Medieval”, “Recreacionista”, un evento de tal envergadura como el que acaba de ocurrir, no es un pasatiempo de fin de semana, sino que es una de las actividades de un Estilo de Vida.
Además de pasar un fin de semana genial, recibí unos presentes increíbles (mirad la foto de unas líneas más abajo). Ese es un cuchillo fabricado por uno de los mejores cuchilleros del país, el Sr. Javier Brito Bretón. Fue impresionante cuando lo vi y me dijeron que era para mí, que alguien que escribiera un artículo como este, tenía que tener accesorios de cocina acordes a la época. Lo único que lamenté en ese momento fue no tener los ingredientes necesarios ni el tiempo para preparar una de las recetas Medievales allí mismo.
Muchas, muchas gracias por este presente y por todos los otros, Don Ferrán sin Nombre.
PARLEM DE FIDEUS
O en castellano del Siglo XXI…
HABLEMOS DE FIDEOS
Así literalmente llamó el Mestre Robert a esta receta, pues como su nombre bien indica, el ingrediente principal son los fideos, o más bien espaguetis.
Seguro que más de uno de los que estáis leyendo ahora, pensaréis que algo no cuadra, que la pasta no es tan antigua, otros diréis que la pasta proviene de Italia, o de China, así que no podía estar presente en la Cataluña del Siglo XIV; y no, ninguna de las tres opciones es correcta, pues la pasta no es moderna, ni Italiana ni China.
Es más, la pasta está datada desde la ocupación de los Musulmanes en Sicilia entre el Siglo IX y XI, pues se encontraron textos escritos por Al.Isidri, que fue el cartógrafo del Rey Ruggero II de Sicilia, quien acabó de expulsar a los Musulmanes de la isla. Y gracias a manuscritos aun más antiguos, se sabe que los Musulmanes llamaban a lo que ahora conocemos como ‘pasta’, ‘Itriyya’.
Ahora bien, también hay elucubraciones que dicen que no tiene sentido que fueran los musulmanes los creadores de la pasta hecha a base de trigo, pues al ser ellos una raza nómada, no era lo más inteligente cargar molinos “de aquí para allá”.
Resuelta la duda de la antigüedad de la pasta, y teniendo en cuenta que esta receta es muy sencilla, aunque para mi gusto deliciosa, podemos dar inicio, aunque nos quedemos con la duda de la “nacionalidad” del ingrediente estrella de esta semana.
¡Prepara una buena olla y las escudillas!
Que puede que esta semana parezca sencillo,
¡pero qué buena pinta va a tener!
Ingredientes
(para 4 personas)
Para el caldo
– ½ gallina o 1kg. de carne de cabrito
– 1 cebolla mediana
– 2 ramas de apio
– 2 zanahorias
– 2 dientes de ajo
– 4lts. de agua
– Aceite de oliva
– Granos de pimienta
– Sal
Para el plato fuerte
– 2,5lts. de caldo
– 250ml. de leche de cabra, oveja o almendras
– 400gr. de espagueti
– 150gr. de queso de Aragón rallado
Como en todas las recetas que llevan caldo, es con lo que vamos a empezar. En una olla “de mediana tirando a grande” vamos a poner la carne que hayamos elegido, las verduras, las especias, un buen chorro de aceite de oliva y junto con el agua lo vamos a llevar al fuego. Una vez que empiece a hervir lo vamos a dejar cocer cerca de una hora, o el tiempo que sea necesario hasta que veamos que toma una buena consistencia.
Una vez que veamos que el caldo está listo vamos a colarlo, pues en esta receta no vamos a usar el ni las verduras ni la carne.
En una olla limpia ponemos otra vez el caldo y lo ponemos al fuego. Una vez que arranque a hervir vamos a echarle la pasta y la iremos removiendo con una cuchara de madera cada poco tiempo para que no se pegue en el fondo. Cuando veamos que está a medio cocer, le vamos a poner la leche que hayamos elegido y la dejamos hervir hasta que la pasta esté cocida. Cuando eso ocurra, apagamos el fuego y lo dejamos reposar unos minutos.
Finalmente vamos a servir la pasta en escudillas (cuencos) y le pondremos una parte del caldo, para finalmente ponerle una parte del queso de Aragón y llevarlo al horno el tiempo necesario para que se derrita y se gratine.
¡Si es que más fácil no se puede!
¡Buen provecho!
¿Acaso es posible que sea más fácil? No creo
El mismo Mestre Robert cuando escribió esta receta nos dijo que había varias opciones para hacerla, que dependía de lo que quisiera el Señor ese día. La menciona tal cual como la he transcrito, luego la menciona igual pero sin leche de ningún tipo y finalmente la tercera opción que da es justo lo mismo que se ha explicado, pero sumándole a la mezcla una cantidad considerable de azúcar durante la cocción y otro tanto con canela al final junto con el queso a la hora de gratinar.
Como podéis ver, da varias opciones, aunque para mi gusto y el de quienes lo degustan relativamente a menudo es solamente con el caldo, pues sí, lo suelo preparar, o solía hacerlo, en tiempos de frío, ¿cuál os gusta más a vosotros? ¿acaso os atreveréis a gratinar con el combinado de queso, azúcar y canela?
Una vez más hago hincapié en el hecho de no malgastar, no tirar nada, pues en la Edad Media era porque no todos tenían acceso a grandes cantidades de comida, y ahora es porque os voy a pasar una segunda receta que también es deliciosa y cuadra dentro del título de “aprovechamiento”.
En esta ocasión, una forma de aprovechar lo que nos ha sobrado es un plato que yo aprendí a hacer desde hace años. No he dado con referencias de que tuviera presencia en la Edad Media, pero dado que los ingredientes que se usan son “históricamente correctos”, no creo que vayamos tan desencaminados.
Yo siempre lo he conocido como Reoles o Revoles (es en catalán), pero estoy segura de que en otras partes tendrán otro nombre.
REOLES
(no hay cantidades, saldrán “las que salieron”)
Ingredientes
– La carne y las verduras del caldo
– 1 huevo
– Pan molido
Cuando las verduras del caldo estén tibias o frías, con las manos vamos a desmenuzar los trozos de carne en pedacitos pequeños y con la ayuda de un cuchillo lo mismo haremos con las verduras; lo pondremos todo junto en un cuenco.
Como consejo, procurad “cazar” las bolitas de pimienta para evitar sustos.
Una vez que lo tengamos todo bien picado vamos a poner sobre el cuenco la mano, un colador, plato… lo que tengáis cerca y os sea cómodo para poder darle la vuelta y poder sacar los restos de caldo que hayan podido quedar sin que se nos caiga nada.
Posteriormente vamos a batir el huevo y lo meteremos con la mezcla que hemos cortado hace un momento. Lo removemos todo bien con una cuchara y le echamos un poco de pan molido; en este caso no hay una cantidad exacta, es lo que vaya aceptando la mezcla, pues nos interesa que quede una mezcla compacta, pero manejable.
Vamos a poner una sartén con bastante aceite a calentar (que no mucho) y el siguiente paso consiste simplemente en ir tomando (ahora con las manos de nuevo) trozos de la mezcla del tamaño de un huevo y le damos forma de “mini hamburguesas”. Lo iremos colocando en la sartén con cuidado para que se vaya friendo durante unos minutos, o hasta que veamos que ya están doradas y listas.
¡Y listo!
¡Aquí no se tira nada!
Mi nombre es Athenea Reynés, soy española, concretamente de Mallorca, una de las islas del Mar Mediterráneo, y hace más de diez años que mis andanzas me trajeron hasta México.
Desde que era una niña soñaba con castillos, batallas y princesas, en un
principio todo era fantasía en la mente de una chiquilla soñadora. Pero con el paso del tiempo esos cuentos de ficción en mi cabeza se convirtieron en una búsqueda inagotable de información acerca de todo lo relacionado con la Edad Media.
Desde que era una adolescente empecé a recolectar recetas de cocina que estaban documentadas entre el Siglo VII y el XV y poco a poco me di cuenta de que si bien es cierto que no se vivía igual hace mil años que ahora, también es cierto de que al menos en Europa una gran parte de la dieta actual, aún se asemeja a la de antaño.
Si tienes dudas o quieres o quieres consultar algo, puedes escribir a: athenea.reynes@gmail.com